domingo, 4 de noviembre de 2012

Choices

Choices

 

The alarm clock placed on the night table, next to my bed, signalled the early morning with its bright and fluorescent numbers. Amidst a deep silence, I found myself sleeping placidly, lying on my right shoulder. Some pictures would come forth and away fleetingly like little flashes that gave form to a blueprint for the rendering of those deathly ideas that came to my mind, unconsciously. A sky covered in greys served as the stage curtain to all that paraphernalia about to come. I’m perfectly aware of that, everything around me was part of a reality where feelings, suspicions and intuition meshed together to bring forward a feeling of absolute apathy.

From a great window, about 20 floors up, you could tell the figure of an even taller building or, maybe, the same height of the one I was in. The truth is that by looking up, blocked by some metallic elements on the facade, I could see the nature of its rooftop. It was a huge expansion on the last floor, where social activities would take place. The whole perimeter was surrounded by a metallic band, painted in white, which was reminiscent of those transatlantic ships with several decks.

So my eyes stared at that point, something was definitely going on.

My cousins run randomly. My Granma was very nervous and she couldn’t help praying and the weather had definitely gone rotten to the point that being there became unbearable.

When I looked around once more, after a few seconds, I found, at top of the tower, a white shadow that seemed to be another case of deliberate suicide. The abyss –a huge gray river, or possibly the sea.

The car was white and it was perfectly parked on a sideways platform; next to it, a garden table surrounded by some old chairs that gave a living-room quality to this macabre scene. The wife of the car’s owner cooked for him fried potatoes with rice, his favourite; she looked uneasy but calmed at the same time; she was an elderly lady about seventy-six years old, with silvery gray hair and an average built. I asked her what was going on and she told me about the bad patch her husband was going through and the consequential depression he was enduring.

 

Not even having considered the worst, I approached this man, unfamiliar to me; and when he uttered the first word, I could tell all the ideas and misfortune driving him to come up with a plan. A plan that would last for as long as it takes for a car to reach the bottom of the abyss. I couldn’t really conceive the idea of a man capable of accomplishing this kind of act despite the numerous cases of such nature that reach the television. There´s no way to compare hearing about things like this to actually witnessing them, first hand: all the perceivable anguish is heightened overwhelmingly and all possible reactions become absolutely unfathomable. He started the engine and the car sped up and I kept still, neither reacting nor understanding what kind of relentless impulse had taken control over this being. The tires burned out and released a greyish smoke and it was then when I realized that everything comes to an end. I can’t tell why I didn’t stop him from going through with his plan. I might have wanted to respect his will, after all, the man lived a long life that let him wonder and think thoroughly about his own destiny or maybe I just got paralyzed and stunned because I couldn´t figure out what was happening.

 

A ghastly music ringed in my ears and moved my senses; as I gently opened my eyes I could see those twinkling numbers, fluorescent-green in colour; I could feel the hangover of a bad dream experience and the vivid memory of a story without a happy ending.

 

 

 

 

 

 

© P.J.P.F. para MERCVRIVS traducciones [castellano-inglés]; Choices. Bs.As.; Argentina; 2011-03-09.

 

Fuente:

© Germán Pisani; Decisiones; Realidad alternativa. Bs.As.; Argentina; 2011.

Los datos viajan por la luz.

Los datos viajan por la luz: Se puede convertir los LEDs [1]comunes en redes locales inalámbricas (WLAN[2])  con tan sólo agregarles unos componentes adicionales que permitan la comunicación por luz visible (VLC[3]). Esto permite que las luces, además de iluminar, transmitan datos como películas en alta definición hacia tu iPhone o portátil, sin pérdida de calidad, rápidamente y seguramente.

 

Simplemente imaginen lo siguiente: cuatro personas están instaladas cómodamente en una habitación; cada una de ellas puede ver una película en internet desde su portátil, en alta definición. Esto es posible gracias a la WLAN óptica. La luz de los LEDs del techo es el medio por el que se transmite la información. Por mucho tiempo, esta fue una visión del futuro. Sin embargo, la implementación de dicha tecnología para su uso cotidiano está cada vez más cerca de ver la luz desde que los científicos del Instituto Fraunhoffer para telecomunicaciones y del Instituto Heinrich Hertz (HHI[4]), ambos en Alemania, desarrollaron una nueva tecnología para la transmisión de datos de video dentro de los parámetros del proyecto OMEGA de la Unión Europea. A finales de mayo, los científicos a cargo del proyecto presentaron los resultados en Rennes, Francia. Pudieron transferir datos a 100 megabits por segundo (Mbit/s) sin pérdida habiendo empleado LEDs colocados sobre el cielorraso que iluminaron más de 10 m2. El receptor puede ser colocado en cualquier lugar dentro de este radio, que es el máximo soportado por la tecnología. “Esto significa que transferimos cuatro videos en alta definición a cuatro portátiles al mismo tiempo” dijo el Dr. Anagnostis Paraskevopoulos del instituto Hertz.

            “Las bases para la comunicación por luz visible (CLV[5]) se desarrollaron conjuntamente con Siemens y France Telecom Orange Labs”, dijo el experto. En el HHI, el director del proyecto, Klaus-Dieter Langer, se encuentra actualmente desarrollando la nueva tecnología. “Para la CLV, las fuentes de luz —en este caso, LEDs de luz blanca— proveen iluminación para el ambiente al mismo tiempo que transmiten información. Por medio de un componente especial, el modulador, hacemos parpadear los LEDs en una sucesión muy rápida y la información se transfiere como unos y ceros. La modulación de la luz es imperceptible para el ojo humano. Sólo se necesita un diodo fotoreceptor en la portátil para capturar los datos. Como lo explica Klaus-Dieter Langer: “el diodo captura la luz, y la  electrónica decodifica la información y la traduce a impulsos eléctricos, es decir, al lenguaje de la computadora”. Una de las ventajas es que sólo se necesitan pocos componentes extras para hacer que los LEDs transmitan información. Una de las desventajas es que en el instante en que algo se interpone entre la luz y el diodo receptor [por ejemplo, cuando alguien lo bloquea con la mano] la transferencia se reduce. Las computadoras portátiles, los asistentes electrónicos y teléfonos celulares son los dispositivos que más se beneficiarían con esta tecnología y a los que la misma apunta.

 

            Los científicos destacan que la CLV no busca reemplazar las redes inalámbricas tradicionales ya sean WLAN, PowerLAN o UMTS. Sirven mejor como una opción más para la transferencia de datos en los lugares donde se busca evitar las ondas de radio o no se las pueda implementar, sin la necesidad de obtener equipamiento o cableado nuevo en el espacio a cubrir. También se puede combinar la tecnología, por ejemplo, al tener una red óptica WLAN en una dirección y una PowerLAN para el canal de retorno. De esta forma se pueden transferir películas a la PC y también allí se las puede reproducir o, también, se las puede enviar a otra computadora.

 

            Esta nueva tecnología para la transmisión es adecuada para hospitales, por ejemplo, porque las ondas de radio no están permitidas allí. A pesar de esto y de acuerdo con los expertos, los índices elevados de datos deben ser transmitidos sin pérdida y sin compresión. Si parte de la comunicación tuviese lugar en el quirófano, esto podría hacer posible controlar inalámbricamente robots quirúrgicos o transmitir radiografías. En los aviones, cada pasajero podría ver su programa favorito en una pantalla y ahorrar a los fabricantes la necesidad de instalar cableado costoso. Otro posible destino para esta tecnología es la aplicación en fábricas debido a que las transmisiones de radio suelen interrumpir con los procesos de industriales.

 

            Actualmente, los científicos desarrollan sus sistemas apuntando a índices de transferencia más altos. “Al usar LEDs compuestos [rojos, azules, verdes y blancos] logramos transmitir a una velocidad de 800 Mb/s en el laboratorio —dijo Klaus-Dieter Langer— esto es un récord mundial para la CLV”. Los científicos del HHI demostrarán cómo se transmiten los videos por medio de la luz en el predio 11.1, cabina 8 de la Feria internacional de telecomunicaciones IFA (Internationale Funkausstellung IFA) de Berlín a partir del 2 al 7 de septiembre de 2011.

 

 

 

 

___________________________________________________________________

© P.J.P.F. para MERCVRIVS traducciones [inglés- castellano | Spanish-English]; Los datos viajan por la luz. Buenos Aires, Argentina; 2011-08-04.

 

Fuente:

© Research News; Data are traveling by light. Frauhoffer-Gesellschaft; Alemania; 2011-08.



[1] por su sigla en inglés: light emiting diode (diodo emisor de luz).

[2] por su sigla en inglés: wireless local area network.

[3] por su sigla en inglés: visible light communication.

[4] por su sigla en inglés: Heinrich Hertz Institute.

[5] sigla en castellano para VLC.

Adiós al grafeno, el siliceno es la nueva estrella de los materiales.

Durante algunos años fue el foco de atención pero el grafeno, el material de las maravillas, ya tiene un nuevo competidor en el siliceno. Por primera vez en la historia, se pudo laminar el silicón con dimensiones de un átomo de espesor. Se espera que el siliceno posea propiedades similares a las del grafeno pero que sea más compatible con los dispositivos electrónicos basados sobre el silicón.

 

            Patrick Vogt de la Universidad Técnica de Berlín en Alemania y colegas de la Universidad Aix-Marseille de Francia crearon el siliceno después de haber condensado vapor de silicón sobre una lámina de plata para formar una única capa de átomos. Luego midieron las propiedades ópticas, químicas y electrónicas de la capa y comprobaron que se asemejaban aquellas predichas teóricamente (Physical Review Letters, DOI: 10.1103/PhysRevLett.108.155501).

 

            El siliceno podría ser mejor que el grafeno para los dispositivos electrónicos más pequeños y económicos porque puede ser integrado con mayor facilidad en las líneas de producción de los chips de silicón.

 

            En el 2010, otro grupo de la Aix-Marseille liderado por Bernard Aufray intentó crear siliceno con un enfoque similar pero no pudieron presentar evidencia convincente de que se había formado sobre la lámina. Michel Houssa de la Universidad Católica de Leuven (KUL) de Bélgica, que no estuvo involucrado en la última experiencia, dice: “En mi opinión, esta es la primera evidencia convincente de que se puede cultivar siliceno sobre plata.”

 

            Agrega que el desafío más importante por enfrentar será cultivar el siliceno sobre substratos aislados para aprender respecto de sus propiedades eléctricas y entender cómo pueden ser explotadas para construir mejores dispositivos electrónicos en el futuro.

 

 

 

 

___________________________________________________________________

© P.J.P.F. para MERCVRIVS traducciones [inglés- castellano | Spanish-English]; Adiós al grafeno, el siliceno es la nueva estrella de los materiales. Buenos Aires, Argentina; 2012-05-06.

 

Fuente:

© NewScientist; Move over graphene, silicene is the new star material. Reed Business Information LTD.; USA; 2012-04-29.

jueves, 30 de agosto de 2012

El paraíso perdido [fragmento]

Libro 1ro

 

*En este abismo salvaje,

El vientre de la naturaleza y tal vez su tumba,

Ni de mar, ni costa, ni aire, ni fuego,

Pero todos estos en sus orígenes mezclados,

Confusamente y que por lo tanto deben siempre combatir,

A menos que el creador todopoderoso los ordene,

Sus materiales obscuros para crear más mundos,

En este abismo salvaje el demonio con cautela,

Se detuvo ante la boca del infierno y observó por un instante,

Cavilando sobre su viaje.

 

*John Milton; El paraíso perdido; Libro 1.

 

 

 

 

 

___________________________________________________________________

© P.J.P.F. para MERCVRIVS traducciones [inglés- castellano | Spanish-English]; El paraíso perdido, Libro 1ro [fragmento]. Buenos Aires, Argentina; 2012-08-30 [fecha de publicación original: 2008-12-11].

 

Fuente:

John Milton; Paradise Lost. Inglaterra; 1667.

sábado, 11 de agosto de 2012

Por el alma de Rafael

Capítulo 1

 

 

En el valle de la Misión de las Tragedias, el pasto llegaba hasta las rodillas en el mes de marzo de aquel año.  Los caballos que galopaban desde el sendero de la llanura hasta Boca de la Playa se mostraban  gruesos, graciosos y astutos mientras corrían cabeza a cabeza más allá del corral de la pequeña llanura y chapoteaban placenteramente a través del río San Juan donde termina su corto caudal desde las sierras hasta el Pacífico.

 

Donde el sendero occidental abraza la colina, dos hombres sentaron sus broncos y cuidaron que ningún rezagado se apartara de lo alto de la meseta y, más allá del cruce de la colina de Ávila, otros vaqueros custodiaban el Camino Real por si alguno de los arriados llegara a escaparse en medio del ajetreo y se diera lugar a una estampida que arruinaría todo el trabajo realizado desde el amanecer.

 

A lo alto del risco occidental, la cabeza gigante de un cactus asomaba sus brazos infernales y brotes brillantes. Un grupo inmenso de los animales proyectaba una sombra a lo ancho del camino del risco donde se aleja de la planicie rivereña y bordea el cañón a su largo hasta la meseta a lo alto del mar; el camino por el que los indios de la misión cargaban pieles hasta los navíos y las arrojaban desde los riscos hasta los botes que flotaban abajo.

 

Un hombre estaba parado detrás del cactus y miraba con ojos cansados cómo se arriaba el ganado y el trabajo de los vaqueros que, con sus caballos agrestes, corrían hacia los animales rezagados o rebeldes del grupo. Tenía una capa para montar a los pies, el polvo del camino en el rostro y, cuando se sacó el sombrero para encender un cigarro en su refugio, se reveló una gran mata de cabello negro inusualmente largo y que combinaba con la falta de cuidado de la barba copiosa que cubría su cara hasta los ojos, aterciopelados.

 

Su único rasgo de juventud en lo que de otra forma era un rostro curtido por el sol y, que con el sonido del galopar de los caballos por el camino, se abrieron como si escucharan en alerta. Sin embargo no dio la vuelta para mirar de dónde provenían los sonidos. Por el contrario, se dejó caer sobre la capa, aplastó la colilla del cigarro contra una hoja de cactus y esperó tan quieto y protegido de cualquier avistamiento como una lagartija en  un matorral de salvia.

 

Podía ver con claridad el rostro de Don Antonio, el mayordomo, e instintivamente su mano fue hacia la pistola. Pero levantó los hombros por su insensatez y cabizbajo escuchó. Don Antonio estaba hablando en americano[1] a un hombre que cabalgaba detrás de él y el hombre del cactus frunció el seño impacientemente; esa lengua villana era una molestia demás. Algunos animales rebeldes se animaron a hacer una corrida hacia las colinas y Don Antonio agitó su sombrero y atravesó el camino con su caballo. Su compañero hizo lo mismo y, para dar tiempo a los vaqueros para que cruzaran el río después de ellos, los dos montaron guardia a la sombra del cactus, enrollaron cigarros y los fumaron relajadamente mientras que los vaqueros, con espuelas tintineantes y todo el coraje que reflejan los atavíos de los jinetes mejicanos, dieron vueltas alrededor y enlazaron la cabeza de la manada para los apache, trabajadores del gobierno en la tierras desérticas.

 

Es más rápido que hace un año —remarcó el estadounidense con aprobación— y los caballos están en mejores condiciones. Si nos dejara tener los quinientos de los ranchos de La Paz, no habría problema para conseguir los otros quinientos de San Mateo.

 

No nada, señor —afirmó Don Antonio— Yo mando un hombre para que los junte para la semana que viene. ¿Usted no querer que empiecen antes?

 

Mañana —contestó con decisión sonriente.

 

¿Mañana? ¡Santa María y José! ¿Usted va a cortar la fiesta y la parrillada de siempre para los militares? Señor Bryton, el Don Miguel y Don Rafael Arteaga se ofenderán si rechaza su hospitalidad por el tiempito en el que se agrupa la tropilla de caballos.

 

Lamento ofender a los jóvenes —remarcó— pero como Don Miguel está agrupando ganado en otra parte de California y su Don Rafael está en Méjico casándose o haciendo el amor; ¿cuál de los dos?; imagino que no nos extrañarán mucho.

 

No señor, no fue a casarse, solo para hacer que lo arreglen. Su madre, la Doña Luisa, está allí, en Méjico desde la fiesta de San Pascual pero Doña Luisa estará más vieja y arruinada que ahora antes de dejar que Don Rafael sea casado fuera de su propia misión.

 

¿Entonces vendrán aquí para la ceremonia?

 

¡Seguro! Doña Luisa ella se casó con Don Vicente aquí, en San Juan Capistrano. Es aquí que tuvo el gran problema con el padre, y el padre puso sobre él la gran maldición hace un tiempo largo. Es aquí que él es traído muerto desde San Pascual. Y ahora, cuando los hijos han hacido muchos problemas, todos son muertos menos dos y, cuando Doña Luisa, que estaba muy orgullosa, tiene sólo nietos indios, ella quiere casar a Rafael con una señorita que es medio monja para que la maldición se deshaga. Ella piensa que esa chica hace más para alejarlo del camino de Don Miguel que rezar a los santos, y puede ser, ¿quién sabe? Lo escuché a usted hablando al alcalde de la maldición del padre, sé que escuchó la historia.

 

Mmm; algo sobre la propiedad de la iglesia al sur de aquí, ¿no? —señaló el estadounidense— Sí, lo recuerdo. Allí va una yegua que es una belleza para un potro agreste.

 

Hace unos años, y usted no se está volviendo más fuerte, ganado silvestre y algo más —remarcó— Miguel y Rafael quieren sementales ingleses y otras razas. Tendrán ganado inglés y aduana estadounidense. Los santos evitan que Doña Luisa los escuche. No quiero ser descortés, señor, pero ya es una mujer vieja y dejó su hogar porque no quería vivir en su gobierno. Ella vuelve por obligaciones y el casamiento pero los viejos nunca cambian, señor, y odiará esto hasta que muera.

 

El estadounidense miró al norte donde las alturas de San Jacinto protegían el hermoso valle. Los sauces marcaban el curso de la ensenada Trabuco y el río San Juan y, sobre la meseta entre ellos, se asomaba el domo antiguo de la misión, un remanente de la belleza del lugar, a medida que el jinete estadounidense se adentraba en las tierras latinas y admiraba y se preguntaba si todo valía la pena para luego dejar ir ese pensamiento pero sin olvidarlo.

 

Su resplandor era blanquecino y amarillento y brillaba como un ópalo en un escenario de ranchos aterciopelados bajo cielos de color turquesa. A los lados de sus paredes había viejos ladrillos acumulados de adobe de los mejicanos, parecían niños cerca de los pies de su madre, y más allá, extensiones infinitas de la meseta y el valle; había bosques de roble y praderas de pastizales altos, de espejos de agua innumerables y cañones misteriosos de los que alguna vez se filtró oro y, por sobre todo, estaban las praderas de alondras visibles sobre el lomo de las bestias de la manada y las voces de los vaqueros.

 

Creo que también debería odiarlo —dijo finalmente— En aquellos días vivían como reyes y establecían sus propias reglas. Después de haber sido la reina de todo esto, sería muy difícil vivir bajo de estas nuevas costumbres.

 

Así es señor. Nunca se acostumbró a ver la bandera estadounidense. Por eso quiere siempre que Don Rafael se case en el sur, con una buena católica y señorita de Méjico. Sólo vive para eso, dicen. Y cuando ya esté todo listo se muere en paz.

 

Y Rafael, ¿cómo va a manejar sus negocios estadounidenses cuando…? —Don Antonio encogió los hombros, dubitativo.

 

¿Quién sabe? Yo contento porque viví mi vida joven en otros tiempos. Los alambrados hicieron ruina en el norte del país; después de un tiempo, acá abajo es lo mismo. Todo achicado a jardines chicos, ¿vio?

 

El estadounidense contuvo la risa mientras pensaba sobre los cien kilómetros que habían atravesado y una sola colonia alemana de la que únicamente podían verse rejas y cercos. Todo lo demás estaba alambrado hacia las montañas del este y hacia el mar en el oeste. Al norte, los ranchos de Santa Bárbara servían, tal vez, como una barrera; y al sur, la frontera mejicana tampoco representaba un obstáculo para las manadas.

 

Los alambrados no vendrán hoy y ahora toda la hacienda se dedicará a servir los placeres de su alegre Don Rafael.

 

No va a haber mucho placer hoy, señor —remarcó Don Antonio, seco— La misma maldición todavía existe. Es bueno que se case con una chica de convento; necesita los rezos de Doña Luisa, además del favor de un santo, para limpiar los ranchos del Barto Nórdico, el Capitán.

 

El hombre con la capa encogió los hombros y elevó la cabeza, luego la dejó descansar sobre las manos para poder escuchar mejor.

 

¿Nórdico? Ah, sí. El hombre que tiene un buen ojo para los caballos.

 

Sí sólo fuera por el ojo —refunfuñó Don Antonio— pero el diablo parece tener cien manos y su alcance llega hasta el ganado principal de los ranchos Arteaga.

 

No sólo de los Arteaga, supongo…

 

¿No escucha eso? —expresó el viejo con sorpresa— Es de la maldición, poide ser, no sabemos. El viejo Don Vicente tiene su hermano Ramón pero Vicente compró toda la tierra de Ramón de alguna forma. Ramón se vuelve loco, crazy, por eso. Y después, su hijo, Barto, estudia para cura y entonces llega la guerra y él es chico todavía. Se escapa de la escuela para luchar pero sólo puede llevar las cartas, él es chico entonces puede correr a caballo como el diablo. Nunca está contento con las banderas estadounidenses, como Doña Luisa, asique sigue luchando y el gobierno no lo agarra. Es un diablillo.

 

Pero no entiendo, usted lo ubica como un Arteaga sin embargo ¿su apellido es Nórdico?

 

Oh, él odia los Arteaga y por eso toma el apellido de su madre. A veces lleva el correo del gobierno y siempre lleva los caballos de los Arteaga y nunca lo pueden encontrar, en ningún lugar. Mientras que los hombres le siguen el rastro por las montañas, el está en un barco en el mar. Los santos lo ayudan para escaparse de las órdenes de Don Rafael de que se case

 

El hombre detrás del cactus a penas pudo contener el aliento.

 

¡Fiuuu![2] —silvó con sorpresa— ¿Un ataque a la misión o el pueblo?

 

No sería la primera vez —respondió Antonio— pero se trata de los cajones de la novia que se lleva de viaje a los que me refiero; tienen que recorrer noventa y seis kilómetros desde San Diego, cuestan más que una tropilla de caballos.

 

Rafael puede reemplazar los obsequios —comentó el estadounidense— mientras que el bandido de su primo no secuestre a la novia pero aún así supongo que se haría en esta tierra de ranchos solitarios.

 

El hombre debajo del cactus asintió y mostró sus dientes en una sonrisa de aprecio. La fortuna lo había favorecido por su vigilancia constante; había sido un día afortunado pero, terminó arruinándoselo solo.

 

Los vaqueros habían arriado los animales rebeldes y regresado al rancho.

 

Es cierto, los caballos están en mejores condiciones este año —agregó el mayordomo mientras que observaban los caballos que galopaban a los márgenes del rio— ¿Los enviará todos juntos o de a quinientos a lo largo del rancho, señor Bryton?

 

De a quinientos, creo que dijo el lugarteniente —contestó Bryton— No es sencillo alimentar más animales que esos en un viaje.

 

El hombre detrás del cactus se puso de pie sigilosamente y estiró los brazos a medida que el claqueo de las herraduras se atenuaba.

 

Señor Bryton; ¿eh? —y encogió los hombros, satisfecho— ¡El astuto Bryton que nos sacó del camino el año pasado y se llevó el ganado hacia el norte! Está vez su astucia no funcionará. Pero todavía es ocurrente; ¡espero que tenga una muerte rápida por eso! El buen amigo de Rafael que agarra los caballos buenos para darlos al buen gobierno.

 

 


[1] refiérese al inglés estadounidense.

[2] interjección.

 

 

 

 

 

_____________________________________________________________________

© P.J.P.F. para MERCVRIVS traducciones [inglés- castellano | Spanish-English]; Por el alma de Rafael. 2012-08-11.

 

Fuente:

Marah Ellis Ryan; FOR THE SOUL OF RAFAEL. Chicago A. C. McLurg & CO; 1920.

miércoles, 6 de junio de 2012

Reestructuración

A pesar de publicar todo bajo licencias de Creative Commons, voy a modificar los criterios de publicación de contenidos.

A partir de ahora se elegirán otros materiales para traducir.

Con el tiempo, iré agregando más testimonios de mis capacidades.

Son tiempos complicados legal y burocráticamente para aquellos que hacemos trabajos derivados y no tenemos cómo dar manifiesto de nuestra labor sin recurrir a fuentes externas.

La adaptación es la clave para la supervivencia.